María Calvo. Vicepresidenta de Fade

AIDA COLLADO

Cuando María Calvo (Gijón, 1975) acabó la carrera –es licenciada en Derecho y Administración de Empresas por ICADE y MBA por el Instituto de Empresa– todo el mundo «se tomó con naturalidad» su incorporación a la empresa familiar. A nadie le extrañó que fuese ella quien asumiera la dirección general, aunque, visto con perspectiva, reconoce que fue una suerte que su padre «tuviese esa visión de igualdad». Porque el sector de la construcción, «sin decir que es machista, sí se caracteriza por una gran presencia masculina». Pero los tiempos han ido cambiando, como muestra la creciente representación femenina en la junta de gobierno de CAC-Asprocon, donde Calvo es presidenta del grupo de promotores.

Es, también, la primera vicepresidenta de la Federación Asturiana de empresarios. Nunca se ha sentido discriminada, aunque reconoce las dificultades de conciliar las obligaciones laborales de una madre de dos hijos con el exigente trabajo de empresaria. «Hacen falta guarderías públicas, horarios flexibles, mecanismos que nos permitan a todos desarrollar nuestra profesión», defiende.
En su opinión, es fundamental que las mujeres se visibilicen y se visualicen en determinados puestos o sectores. «Que una variedad de trabajadoras que ocupan perfiles tradicionalmente masculinos levanten la voz es beneficioso», admite. Porque «una de las barreras es quizá que nosotras mismas no nos planteamos ejercer determinadas profesiones, porque no las hemos visto, porque no se nos ha pasado por la cabeza».

Siempre, «enseñar, romper, dar el primer paso es lo más difícil», pero es necesario para continuar caminando en libertad. De ahí, lo «positivo» de eventos como Futuro en femenino, «de compartir nuestra experiencia personal». Una experiencia que, en su caso, la ha convertido en vicepresidenta de la Asociación Nacional de Promotores Constructores de España.