Mercedes Cruzado Secretaria general del sindicato COAG
AIDA COLLADO
Lo suyo fue absolutamente vocacional. Mercedes Cruzado (Grandas de Salime, 1960) aún recuerda el disgusto que les dio a sus padres cuando al volver a casa como cada verano, tras otro año de estudios de Bachillerato en Gijón, les dijo que no pensaba volver a la ciudad. «Para mí era un sacrificio enorme. Me gusta esto: vivir aquí, cuidar del ganado», les dijo. Y no se le dio mal. Hoy, es la primera mujer de España que se hizo cargo de la dirección de un sindicato agrario. Se afilió a COAG en 2007 y, dos años después, se encontró en el cargo. «Fue una sorpresa absoluta, yo no me lo esperaba: el otro candidato era un hombre, mucho más conocido que yo».
Así que a partir de la elección, tocó ponerse al día en normativa comunitaria, en cada aspecto de un sector al que «le tengo tanto que agradecer, por haberme dado la oportunidad de pelear por lo que tanto me gusta».
En su caso, por ser mujer «nadie me facilitó nada ni tampoco me puso problemas». No percibe, ni mucho menos, que como portavoz la tomen menos en serio por su género, aunque sí lamenta como representante del sector ganadero en la región que «siempre nos dan la razón, pero casi nunca nos hacen caso. Nadie toma medidas reales para que el medio rural no se muera». Cuenta, orgullosa, que la mayoría de las explotaciones asturianas tienen como titular a una mujer. Cruzado es una de ellas. Cree que «también tenemos que hacer algo de autocrítica y no justificarnos siempre por la discriminación: hay que ensuciarse las manos, pero hoy en día no hay trabajo en la ganadería que no puedan hacer las mujeres».
Eso sí, la conciliación es una cuesta demasiado empinada. «Además, en los pueblos casi todos los mayores viven con nosotros y su cuidado, como el de los niños o el hogar sigue recayendo casi siempre en nosotras», admite. La única salida es «quitarse horas de sueño». Por eso ve imprescindible actos como el de hoy, «que dan a conocer nuestra situación y nuestra profesión, tan poco valorada». Para avanzar hacia la igualdad real.