Nuria Bravo Piloto del Helimer de Salvamento Marítimo
OLAYA SUÁREZ
Son muchos los ciudadanos que aún se sorprenden al enterarse de que a los mandos del helicóptero Helimer Cantábrico de Salvamento Marítimo está una mujer. Es Nuria Bravo Bretones, la capitana Bravo, madrileña de 45 años, madre de cuatro hijos y miembro de la primera promoción de mujeres de la Academia General del Aire.
Ingresó en el Ejército en 1994, abriendo brecha en un ámbito que a día de hoy continúa siendo mayoritariamente masculino. Fue, además, pionera como la primera helicopterista militar de España.
Tiene a sus espaldas casi 4.000 horas de vuelo y la capacidad de hacer que lo más complicado en sus manos parezca sencillo. Participó en numerosas misiones en el extranjero, entre ellas Afganisán; un trabajo que le apasionaba pero que le resultó complicado que desarrollar cuando se convirtió en madre. «Estar en el Ejército me obligaba a pasar muchas temporadas fuera de casa y mis preferencias habían cambiado, quería pasar el mayor tiempo posible con mis hijos», explica.
Renunció a continuar su profesión como militar, pero no a su pasión: volar. Por ese motivo, cambió de rumbo hacia la aviación civil. En 2007 entró a formar parte de la plantilla de Inaer, concesionaria del personal y el mantemiento de las aeronaves de Salvamento Marítimo dependiente del Ministerio de Fomento. Asegura que no percibe ningún trato diferente entre sus compañeros de la base del Helimer en el puerto de El Musel. «Somos todos igual a la hora de trabajar, tengo la suerte de que no noto nada diferente. Sí que es cierto que en rescates de marineros, un gremio donde la inmensa mayoría son hombres, aún se sorprenden cuando al subir al helicóptero ven que está pilotado por una mujer, pero después de la sorpresa inicial, se muestran muy agradecidos», dice. Sobre la concialición con los turnos de trabajo y los cuatro hijos, asegura que todo se debe a «organizarse lo mejor posible y no perder el humor».