Silvia Forés Directora de Recursos Humanos de Baker McKenzie Barcelona

LAURA MAYORDOMO

Silvia Forés, directora de Recursos Humanos de Baker McKenzie –el mayor bufete de abogados del mundo, con 13.000 empleados y sede en Madrid y Barcelona– dio ayer trece claves para afrontar con éxito un proceso de selección y para, una vez conseguido un empleo, avanzar en la carrera profesional. Todo ello, remarcando las diferentes formas de actuar de mujeres y hombres porque, aseguró, nos comportamos distinto. Incluso hablamos distinto.

Por ejemplo, a la hora de responder a una oferta de empleo. Ellos «se lanzan» aunque no cumplan todos los requisitos exigidos. Ellas, en cambio, son «más precavidas». Error.

Más diferencias por cuestión de genero. Éstas, en la primera entrevista, cuando uno aspira a un trabajo y accede a lo que Forés definió como «el túnel de la selección», porque se sabe «cuándo se entra pero no cuándo se sale de él». Ellas suelen acudir muy bien preparadas e informadas sobre la empresa y el puesto al que optan. Ellos no tanto, y eso, a veces, les aporta frescura. Sin entrar a valorar qué opción es la más adecuada, su consejo fue «aprender de los errores» y pensar que si se ha llegado hasta el final del proceso es por algo. E, importante lección, pese a haber sido rechazado, nunca contestar con un ‘no sabéis lo que os perdéis’ o un ‘os vais a arrepentir’ porque se cerrarían puertas absurdamente.

Otro consejo. Quitarse complejos y utilizar más la primera persona del singular a la hora de ‘venderse’. Porque las mujeres suelen emplear más la tercera persona del plural y eso, a ojos del entrevistador, puede restar credibilidad.

También pecan las mujeres, dijo Forés, de demasiado orgullosas y no dejarse ayudar. Gran equivocación cuando el 80% de las ofertas de empleo no llegan a publicarse sino que esos puestos se cubren por el boca-oreja, por referencias de conocidos. En este sentido, a la hora de hacer llegar un currículum recomendó no utilizar a terceros si se tienen conocidos en la empresa, sino mencionarlos en la carta de presentación.

¿Y si en una entrevista te preguntan si tienes hijos o la intención de tenerlos? Partiendo de que estas preguntas «están prohibidas por ley», en el primer caso Forés aconsejó valorar «qué ganas y qué pierdes dando una mala contestación» y planteó «darle la vuelta» a la pregunta para sacarle el mayor partido, explicando por qué su papel como madre puede proporcionarle herramientas útiles para el puesto al que aspira.

Más recomendaciones. En una entrevista, aportar ejemplos de situaciones reales vividas en el ejercicio profesional. Algo que los hombres hacen muy bien, pero ellas no tanto.

Los seis últimos consejos se centraron en mejorar el desarrollo profesional una vez conseguido un puesto de trabajo. Ahí, la clave es analizarse permanentemente, para actualizarse y mejorar. No menos importante es ganar visibilidad para evitar se una de esas muchas mujeres brillantes que «trabajan a la sombra» y «conseguir esponsors», es decir, ganarse la confianza de compañeros que, en un momento dado, «pongan la mano en el fuego por ti» y te ayuden a progresar. Perder el miedo a mostrarse cercanas y naturales es otro objetivo. «La sonrisa no quita la profesionalidad en el mundo de los negocios», afirmó por experiencia.

Las mujeres también deberían, señaló Forés, expandir su networking profesional y no marcar tanto las diferencias entre lo personal y lo laboral. Y «no tirar nunca la toalla. Y mucho menos antes de que un hecho futurible como es la maternidad, aparezca».

Su último mensaje fue tan claro como rotundo: estamos ante la generación de mujeres «más preparadas de la historia y con unos recursos infinitos para llegar adonde queramos».
Pese a eso, en una encuesta realizada en su empresa entre los empleados más jóvenes, solo el 53% de las chicas dijeron aspirar a ser socias del bufete, frente al 80% de los chicos. Aún hay barreras culturales que derribar.